Primer día de NBA de la temporada justo en el día de navidad, y viendo la cartelera que se nos ofrecía, que mejor regalo!. La primera jornada empezaba ayer a las 18:00 hora española con el New York Knicks - Boston Celtics desde el mítico Madison Square Garden. Un partido de altibajos donde los locales llegaron a ponerse 16 arriba para echarlo a perder en la segunda mitad con un parcial de 20-2. Al final con empate a 104 en el marcador Carmelo anotó dos tiros libres que servirían para ganar el partido debido a los posteriores tiros errados por los Celtics.
A continuación, a las 20:30, se nos ofrecía el Dallas Mavericks - Miami Heat donde los Heat buscaron resarcirse de la derrota en las pasadas finales de la NBA. Y vaya si lo hicieron, los de Spoelstra salieron como motos a comerse el partido y al descanso la ventaja ya era de casi 30 puntos, insalvable. A partir de la segunda mitad del tercer cuarto empezó el "Garbage Time" o tiempo de la basura donde todo está decidido y salen las segundas unidades a jugar. Al final 105-94 victoria para los Heat que apuntan alto esta temporada siendo principales aspirantes al título.
A las 23:00 el partido que más morbo tenía en mi modesta opinión, el Chicago Bulls - Los Angeles Lakers. El partido serviría para determinar posturas como por ejemplo, ver si LAL era candidato al título, tras la mala gestión durante la pretemporada, o si los Chicago Bulls eran de verdad un equipo a batir por todos los demás equipos. El escaso acierto en los tiros de campo para los Bulls fue un lastre, pero supieron sobre ponerse en los instantes finales del partido con una gran canasta "made by D-Rose".
En Oklahoma, los Magic y los Thunder ofrecerían un partido vistoso donde cada uno quería ver hasta donde podía llegar con la plantilla actual. Me atrevo a decir que sin el mal porcentaje de tiro por parte de Orlando, el partido hubiera sido otro. Los Magic se quedaron en un pírrico 37% mientras los Thunder sacaron un 47%. Victoria por 97 a 89 para los OKC, con una discreta actuación de Serge Ibaka.
Para finalizar el partido que enfrentaba a los Golden State Warriors de Mark Jackson, nuevo entrenador, y a los todopoderosos Angeles Clippers. El partido no tuvo mucha historia, el dominio aplastante tanto desde fuera como en la pintura de los Clippers fue brutal. Por ejemplo el hecho de que DeAndre Jordan lograse ocho tapones o que Caron Butler casi lograse un triple-doble. Los Warriors poco acertados en el tiro desde la larga distancia y muchas pérdidas que no se pueden hacer ante un rival así.
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